Jardín de Crasas y Suculentas

Aloes_Flor1-PNadie podría creer tras haber disfrutado de la humedad de un jardín tropical, que a pocos metros sentiría la sequedad de un jardín de cactus y otras suculentas. Pero solo hay que andar un par de metros tras la pequeña alberca junto al cenador para encontrarse raras variedades y bajar a un “desierto” rico en matices propios de los botánicos más modernos. Es el Jardín de suculentas de La Concepción.

Se le llama suculentas (o crasas) a todas las plantas que almacenan agua ya sea en sus hojas o en su tronco de forma importante. Es pues en realidad un gran grupo formada por ejemplares de otras familias botánicas diferentes que a través de la evolución llegaron a la conclusión de que era mejor guardar que gastar….al agua me refiero. Los cactus son el ejemplo más conocido, almacenando agua en su tronco y convirtiendo sus hojas en espinas. Pero no son las únicas suculentas pues todos conocemos al aloe vera o a las temidas pitas.

Ya los primeros biólogos municipales que abrieron La Concepción en 1994 soñaban con poner un desierto junto al Jardín Antiguo. Se hicieron varios diseños y adquisiciones durante  años que no terminaban de cristalizar en un proyecto definitivo.  Fue la donación en 2004 del Sr. Nikolaus Kornelly creada en su propio chalet de la Costa del Sol la que parece dar el último impulso al proyecto. En 2009 se inaugura este “nuevo botánico” con algo más de 200 especies diferentes que se ha ido enriqueciendo hasta las más de 400 especies de la actualidad, con unos 900 ejemplares.

En este jardín encontramos ordenadas suculentas reunidas en 8 espacios diferentes. Tenemos una colección de Aloes, una de Agaves (pitas), otra de Opuntias (Chumberas), un camino de Mamilarias, un lugar para Yucas y otro para Euphorbias. Curiosamente en  la zona más central, donde están los mejores cactus de este jardín, hay dos espacios que no tiene un orden tan botánico como cabría esperar en un jardín moderno…¿herencia de los Loring? Pues no, es que los cactus son tan difíciles de clasificar que es mejor disfrutarlos que ordenarlos. Y este es un jardín para disfrutar.

Andaremos estos espacios, señalando lo mejor de cada colección pero sin extendernos demasiado.