Lindsay Blyth es una británica afincada en Alhaurín el Grande desde hace diecinueve años que ha transformado un huerto de frutales desparramado por la montaña, en un hermoso jardín.
Lindsay nos transmite el amor y dedicación con que ha cuidado cada una de sus plantas. Nada más entrar nos sorprende con una Quiscualis o piscuala, cuyas flores cambian de color. Le gusta armonizar la superficie de su piscina con las flores que tiene alrededor, como la magnífica tumbergia azul que cubre el cenador.
Jardín romántico en ocho niveles donde se combinan especies de su país con otras de clima subtropical y mediterráneas.
A partir de la casa pasamos por los distintos espacios en un recorrido que invita a ser descubierto en el que los árboles y plantas se desarrollan en un entorno natural.
Posee también una interesantísima colección de salvias y cerca de mil especies lo que permite una rica sucesión de flores a lo largo de todo el año.
Lindsay es una excelente guía y una gran anfitriona que nos despide con un refrescante zumo de limón. Después comimos juntos para completar esta agradable jornada.