Paseo muy otoñal por la presencia de niebla en el Torcal que, en todo caso, no fue obstáculo para que de la mano experta de Arantza Plazaola pudiéramos disfrutar de sus precisas explicaciones sobre el origen geológico y proceso de la construcción de las formaciones que ahora podemos contemplar. Con Ernesto, tan didáctico como siempre, conocimos las variedades de la flora que adorna este paraje kárstico.
Tras una breve visita al nacimiento del río de la Villa, donde también Arantza nos habló de este afloramiento que funciona como drenaje natural del agua captada por el macizo del Torcal, comimos todos juntos en un restaurante de la zona.
Por la tarde, ya en presencia del sol y acompañados de un guía, visitamos los dólmenes de Viera y de Menga (El Romeral, cerrado por trabajos de conservación) asombrándonos una vez más ante estas fantásticas construcciones realizadas por nuestros antepasados, hace unos 6000 años en el caso de Menga, capaces de manejar piedras de hasta 180 toneladas, peso estimado de una de las cobijas (losas que forman el techo) de este dolmen.
Aún quedó tiempo para hacer un recorrido por la parte alta de Antequera y comprar unos dulces en las monjitas. Así finalizamos un día fantástico, entre amigos.