Visita al Sanatorio Marítimo de Torremolinos y Jardines

La mañana del sábado 19 de mayo visitamos el Hospital Marítimo acompañados por la Doctora Josefa Carmona, especialista en la obra del arquitecto Fernando Guerrero Strachan, y el vicepresidente de nuestra asociación Ernesto Fernández.

Comenzó Ernesto quien nos informó ya desde la cancela sobre  los árboles que íbamos a encontrar: eucaliptos, pinos, naranjos, ficus, moreras…Desde allí mismo Pepi nos puso en antecedentes sobre  los sanatorios marítimos: surgieron en Europa a finales del siglo XVIII y en España a finales del XIX para acoger a los niños pobres con deficiencias físicas para que pudieran restablecerse a través de la benéfica acción de los baños de mar y la brisa marina. En 1918 el arquitecto Ricardo García Guereta recomienda cómo debe ser el entorno de estas edificaciones: “debe ser un parque amplio (…) en el que destaquen una porción de edificios limpios, ordenados, alegres, rodeados de praderas con grandes árboles y jardines poblados de flores”. Una R.O. de julio de 1920 nombra a Guerrero Strachan junto a Amós Salvador para redactar el proyecto del Sanatorio Marítimo de Málaga que finalmente fue realizado por Guerrero Strachan a quien sustituyó, tras su muerte en 1930, Antonio Palacios que ya había construido en 1921 el sanatorio de la Fuenfría de Madrid; fue construido entre fines de esa década y principios de la siguiente, inaugurándose en 1931, siendo el Dr. Gálvez Ginachero presidente del patronato del Sanatorio Marítimo y el Dr. Lazárraga el director del mismo. Probablemente comenzaría a funcionar mediante pabellones de madera Docker provisionales.

El conjunto arquitectónico se construye en un terreno rectangular, de 45.000 kilómetros cuadrados, orientado de norte a sur, alejado de construcciones y muy cerca del mar, formado por pabellones independientes de una sola planta que responden a las necesidades de los enfermos, blancos, alegres y luminosos, rodeados de jardines y de árboles-naranjos, pinos, eucaliptos- que transmiten al enfermo alegría y sensación de bienestar. De norte a sur encontramos: junto a la verja y la cancela de entrada, la casa del conserje y la casa del capellán; ya en el interior del recinto, la capilla entre la residencia de las monjas y la casa del administrador; a continuación, pabellones aislados: el pabellón para lavandería, el de cocina, comedores y salón de actos, el pabellón de quirófanos y salas de cura. Al final del conjunto, el edificio de mayor superficie formado por los pabellones de dormitorios –financiados por la viuda del comerciante Félix Sáenz- con galerías de cura orientadas a todos los puntos cardinales, con forma de herradura que deja en su interior un gran solárium orientado al sur, abierto al mar, apto para  contener en invierno las camas y tumbonas de los niños enfermos.  Las plantas son muy variadas, de perspectivas diferentes, juegos de volúmenes, con entrantes y salientes para dejar entrar el aire y la luz con sus benéficas propiedades.  El alzado de las construcciones es lo que marca su estilo dentro del regionalismo andaluz malagueño: muros encalados en los que se abren vanos de distintas tipologías (adintelados, de medio punto, apuntados, de herradura…), rejería con motivos populares,  azulejos con decoración de lazo de tradición musulmana, ladrillo visto de color rojizo, elaboradas carpinterías…que dan ligereza al conjunto. Las cubiertas son todas armaduras de teja árabe a dos aguas y  los aleros sostenidos por canecillos de madera que cubren una moderna estructura realizada en hierro y cemento.

Visitamos la capilla que amablemente nos abrió don Miguel, su capellán. Es de gran belleza, catalogada dentro del regionalismo andaluz de tipo plateresco-mudéjar. Sus elementos decorativos se realizan en seis tipos de materiales: yeserías, cerámica vidriada, vidrieras, ladrillo visto, carpintería y baldosas hidráulicas. Su planta es de nave única de cajón, con ábside poligonal de cinco lados, que se cubre por dos armaduras de madera de tipo mudéjar. La vidriera representa  símbolos de la pasión.  La fachada, de un único cuerpo, caracterizada  por su verticalidad y simetría que solo se rompe a la derecha por un pequeño cuerpo retranqueado rematado por volutón y candelabro. La torre no es muy alta, de tres pisos con ventanales que señalan el eje de simetría,  en el primero arco túmido, en  el siguiente  dos arcos gemelos y en el tercer cuerpo, el campanario, que remata en un cupulín ochavado.

El Pabellón del SE en peligro de derrumbe

Volvimos  hasta el pabellón de  dormitorios, concretamente a la galería suroriental que está desde hace tiempo en un estado grave de deterioro que nos llamó  la atención por el peligro de derrumbe que supone; quisiéramos desde aquí alertar de la necesidad de su pronta restauración.

Damos las gracias una vez más a nuestros acompañantes Pepi y Ernesto  por lo  que  aprendimos y disfrutamos, y especialmente a don José Miguel por su desinteresada ayuda y amabilidad.

Visita al Cementerio Inglés y Jardines

El sábado 5 de mayo visitamos el cementerio inglés. Fundado en 1831 por el cónsul británico William Mark para los enterramientos de los no católicos, es el cementerio protestante más antiguo de la península (alberga 5 confesiones, 13 nacionalidades). La primera persona enterrada allí fue George Stephens, propietario de un bergantín, que se ahogó en el puerto en 1831. Ese mismo año se levantó un muro, y fue Robert Boyd el primer enterrado intramuros: había sido fusilado junto al general Torrijos en la insurrección de los liberales en diciembre de ese año. Este cementerio amurallado ofrece una forma especial pues sus tumbas están construidas con ladrillo cocido y cubiertas de simbólicas conchas en su parte superior; son iguales y bastantes de ellas pertenecen a niños víctimas de diferentes epidemias de mediados del XIX

Nos detuvimos en cada tumba de personajes históricos importantes para Málaga, como Joseph Noble cuyos herederos donaron el Hospital Noble a la ciudad para mejorar las instalaciones médicas de Málaga; los fallecidos de las fuerzas armadas aliadas de la segunda guerra mundial enterrados allí en 1946, los 42 ahogados en el hundimiento de fragata Gneisenau en 1900; George Langworthy, el inglés de la “peseta”, fundador del primer hotel en 1930. Las tumbas de los escritores, sencillas las del poeta Jorge Guillén y de los escritores Gerald Brenan y Gamel Wooslsey, su mujer,  las de James Knowles, Aarne Haapakoski, la economista Marjorie Grice-Hutchinson. En todas ellas analizamos los símbolos que ya habíamos aprendido gracias al doctor don Francisco Rodríguez Marín en nuestra visita al cementerio de San Miguel en junio pasado: la bella estatua del ángel que porta una cruz en la tumba de Mary Ann Plews, el emotivo poema de María Victoria Atencia en la de Violette Pautard. Visitamos la vivienda neogótica de 1856 o casa del guarda, la iglesia de Saint  George, primera iglesia anglicana de la España peninsular en 1869, admiramos sus vidrieras.

Unido a los valores históricos, artísticos y literarios nos interesa el botánico, que Juan José Ruiz Benítez nos fue explicando con todo detalle mientras paseábamos. Nos enseñó a distinguir especies de pino, haciendo que nos fijáramos en los hacecillos de acículas, en las semillas, color, tamaño,  corteza,  tronco; nos orientó sobre sus características, la polinización, los usos de la madera; Así fuimos repasando la riqueza botánica del cementerio, los cipreses-tuya, algarrobo que fue sucedáneo del café, cuya semilla fue medida de quilate y  su harina (harina de garrofín) se usa como espesante natural para la industria alimentaria, el falso pimentero y el lentisco, la pita , la yuca; arrayán, jazmines, celestina, morales, pitosporum, ficus elástica, cactus, romero, bambú, aligustre, jacaranda…Satisfizo cuanta curiosidad despertaban sus explicaciones con amenidad y sapiencia. Gracias a su generosidad fue una provechosa y deliciosa mañana primaveral.

Paseo primaveral por los jardines y las cubiertas de la catedral

El sábado 21 de abril visitamos los jardines y las cubiertas de la catedral gran número de socios acompañados por nuestro querido amigo Juan José Ruiz Benítez quien una vez más demostró su gran sabiduría a través de su agradable manera de enseñar. Divididos en dos grupos, fuimos recorriendo uno los jardines mientras el otro paseaba por las cubiertas y viceversa.

Destacan, aparte de las maravillosas vistas que se disfrutan de la ciudad,  Gibralfaro, la Alcazaba, diversos elementos en los que nos íbamos fijando conforme subíamos: el diseño de la escalera, en un principio de sección cuadrada con tramos en cerrada espiral que se admiran por su elaborada construcción; en la puerta de acceso al Archivo, la bóveda de la entrada  se desplaza en diagonal formando una estructura que resuelve tanto  el paso entre escalera y habitación como la cubrición. A media altura, desde una saetera  se aprecian pilares rematados con capiteles que difícilmente se pueden admirar desde la calle. Es una vista espléndida.

En la primera salida al exterior se hace un recorrido circular paseando por el perímetro de la Catedral. En la salida hacia lo que se ha llamado “la quinta fachada” -dada la belleza y excelencia constructiva- hay posibilidad de acercarse a través de pasillos al aire libre con balaustradas y rejas que dan a la Plaza del Obispo. Este punto de vista es fundamental para captar la monumentalidad del conjunto. En este nivel también está el acceso al cuerpo de campanas y el cupulín de la torre. Los relojes exteriores están pintados sobre la piedra y tienen un diámetro de más de 3 metros.

Las bóvedas corresponden a las capillas, crucero y altar mayor. Están construidas en ladrillo cerámico cuya forma es diferente para ir adaptándose a las curvaturas, tanto en circunferencia como en su adaptación hasta cerrar en altura; en la actualidad no vemos  las originales sino las restauradas que las cubren. Desde aquí se admiran también las zonas altas de las torres adosadas, con forma de un semicírculo prolongado. Su construcción se debe a la intención de seguir el diseño del Templo de Salomón, tal y como se puede apreciar desde los jardines de la Puerta de las Cadenas.

Comenzamos a visitar los jardines por el patio del Sagrario el primer grupo, por el patio de los naranjos el segundo. Diseñados por el arquitecto Fernando Guerrero-Strachan Rosado, se construyeron  en 1941;
elevados  sobre el nivel de la calle, dominan las líneas geométricas y horizontales de reminiscencias hispano-musulmanas. Los jardines de la Catedral poseen gran variedad de especies botánicas que Juan José conoce y de las que explica  origen, características, variedades, historia, propiedades, usos…Así,  entre anécdotas y  curiosidades, repasamos los más conocidos: el almez centenario, el ciprés, ficus, rosal, ave del paraíso, hibiscus;  los cítricos: naranjo amargo, mandarino; aligustre, palmera canaria, palmera datilera y washingtonia… Y las especies más raras ¡Gracias, Juan José, por tan magnífica mañana de sábado!

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XII Edición Concurso Fotográfico Jardín Botánico-Histórico La Concepción

Un año más se convoca nuestro Concurso de Fotos del Jardín Botánico… y van XII ediciones. Junto con la dirección del propio Jardín de la Concepción y patrocinado por Viveros Guzmán, el plazo de presentación de imágenes digitales es hasta el 20 de mayo de 2018. La ganadora será la que se publique en el gran Calendario 2019 y habrá otras más seleccionadas para el almanaque.

Con las ganadoras y muchas otras seleccionadas haremos una exposición en la Sala de exposiciones de la Concepción. Puede consultar las bases oficiales en nuestra web en la siguiente dirección:

BASES CONCURSO FOTOGRAFÍA 2018